viernes, 2 de mayo de 2008

Una Entradita, Dos entraditas…

Cumpliendo con lo pedido, una entrada sobre Opio en las nubes de Rafael Chaparro. Pero como describir algo tan falto de orden que, sin duda aboliría la expresión de Empezar por el principio, porque si en esta novela hay un principio, personalmente aún no lo he encontrado. Los capítulos, más que capítulos, son tal vez la única forma de ver que cambió la voz narrativa, la focalización, e incluso hubo una prolepsis. Bueno exagero, ya que cada voz narrativa mantiene sus propias características, y siempre escucharas un trip, trip, trip a un gato o un tomate suicida, o un joven Sven nos contará de su vida y muerte, y de la vida después de su muerte con las canciones que escucha mientras vive, o muere, o agoniza, o como quiera que fuere el estado en el que se encuentra.

Estos “capítulos” tienen su historia propia y apenas y se conectan entre sí. Por ejemplo, el primer capítulo es la focalización de un gato, y se cuenta en primera persona testigo. Mientras que en el segundo se cuenta en primera persona protagonista desde la focalización de un joven tremendamente alcoholizado. El tercero retoma al gatito pero hay un cambio de voz y aparece una voz en tercera persona editorial ha hablarnos de la triste suerte de un travestí, voz que se mantendrá en el cuarto capitulo pero ahora para narrar la infancia de Max, quien nació en la cárcel, y ahí conoce a Gary Gilmour, de quien también nos enteramos algo de su vida y aún más de su muerte.

Y bueno creo que eso es todo cuanto puedo hacer para ordenar esa mezcolanza en donde el tiempo avanza de hora en hora, mañana en mañana, vida tras vida, aunque no en ese orden.

Desenmarañado por: Carlos Barrionuevo S

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