jueves, 30 de enero de 2020

Correspondencia Imaginaria

Me duele tratar de admitir que habrá momentos en mi vida en los que no podré estar junto a ti. Puede sonarte estupido si lo piensas detenidamente, pero por ahora, no lo pienses demasiado.

Y es que, para enfrentarme a esa realidad...

Transformo mi mente en una caja replicadora, en un proyector de imágenes, que mientras muestran la misma película, lo hacen frente a un solo espectador. Puede sonarte ridículo y hasta vergonzoso si te lo imaginas, pero por ahora, no lo pienses demasiado.

Corrijo mi trayecto en aras de, perpendicularmente, obligar a tu vida, a chocar con la mía.

Dejo a la gravedad apoderarse de ideas, sentimientos y sensaciones, solo para caer remotamente, cerca de ti.

Muto, con fuerza. Me adapto, a dolores nuevos y variados, cada vez más implacables, cada vez más inclementes. Aguanto golpes, decepciones, heridas y desamores.

Invento, creo, moldeo, transformo, revoluciono. Observo, imito, calculo, leo, percibo. Esperando encontrar nuevas maneras de representarte que no apelen a lo común, a lo mundano.

Tal vez he hablado demasiado, y todo lo anterior, puede sonarte desesperado, patético y hasta contradictorio si es que lo analizas, pero por ahora, no lo pienses demasiado.

Pero, si en algún momento, todo lo que digo te suena estúpido. Si al imaginarte cada una de mis palabras, te parezco ridículo y vergonzoso. Si al analizar mis argumentos, me escuchas desesperado, patético y contradictorio. Si al leer esto, lo piensas demasiado...

Gracias...

Gracias mi amor, por pensar en mi...