jueves, 1 de mayo de 2008

El Dictamen Surrealista en Latinoamérica


Confundir lo alucinado, las maquinas fantásticas en una presencia del caos y fusionarlas como una alteración involuntaria creada en una misma escena llevándonos a atmósferas paradójicas.

Un progreso fuera de lógica que prueba la reflexión de un movimiento que se independiza de los estereotipos de genios para fundirse y germinar en la trama de la realidad política y objetiva Latinoamericana. Los surrealistas han comprendido la dialéctica revolucionaria de los pueblos con su tumulto de imágenes y los imaginarios, han aprendido de ellas y se han actualizado en la subversión de todo lo imaginable concreto. Latinoamérica vive con los pálpitos de un corazón revolucionario innegable y con una dirección de implicaciones revolucionarias profundas. Como lo invocó el Surrealismo. He ahí Cuba, Venezuela, Argentina, Bolivia, Uruguay, Argentina… México. Naturalmente. Se lo ve en la música, la pintura callejera, el video y la danza. Como Pedro por su casa. Se lo ve en las manifestaciones y en las asambleas populares cumpliendo su tarea de servir a la revolución. El Surrealismo es una herramienta expresiva y contundente en las luchas populares donde hace falta elevar el nivel de conciencia y liberar el poder expresivo de los pueblos. Los surrealistas se empeñan en impulsar una idea exacta sobre el estado actual del espíritu respecto de la revolución de todos. Interpretan correctamente los signos de la miseria social, educativa, política, arquitectónica, emocional.
Por: Mauricio Cuadrado