viernes, 15 de febrero de 2008

Hay que ser realmente idiota para...

“Ahora que lo pienso la idiotez debe ser eso: poder entusiasmarse todo el tiempo por cualquier cosa que a uno le guste, sin que un dibujito en una pared tenga que verse menoscabado por el recuerdo de los frescos de Giotto en Padua. La idiotez debe ser una especie de presencia y recomienzo constante: ahora me gusta esta piedrita amarilla, ahora me gusta "L'année dernière à Marienbad", ahora me gustas tú, ratita, ahora me gusta esa increíble locomotora bufando en la Gare de Lyon, ahora me gusta ese cartel arrancado y sucio. Ahora me gusta, me gusta tanto, ahora soy yo, reincidentemente yo, el idiota perfecto en su idiotez que no sabe que es idiota y goza perdido en su goce, hasta que la primera frase inteligente lo devuelva a la conciencia de su idiotez y lo haga buscar presuroso un cigarrillo con manos torpes, mirando al suelo, comprendiendo y a veces aceptando porque también un idiota tiene que vivir, claro que hasta otro pato u otro cartel, y así siempre.”
Julio Cortázar
Menos mal que soy tan ingenuo como para creer que soy idiota. Pero es cierto, mi idiotez parcial o más bien dicho mi ignorancia de ciertas cosas, que para otros pueden ser indispensables, me permite aún maravillarme por películas muy buenas. Tal vez pueda venir alguien a hablarme de los defectos obvios para ellos en las películas, pero no me quitara lo que me reí viendo a “Darth Vader” sentir “la fuerza” y defendiendo a la princesa y a la república, todo porque está enamorado.

Creo que el único defecto es que esa ignorancia me impide entender como ese personaje colectivo “La Comunidad” que es destinatario y ayudante es también oponente y se desmiembra poco a poco, si siguen teniendo el mismo objetivo y fueron enviados por el mismo destinador. O también puede ser que el personaje de “La comunidad” sea alguien concreto como la vendedora, aunque no lo creo porque su objetivo no es tan primordial y la película no se basa en su objetivo tanto como en el de ellos. También podría ser el falso “Darth Vader” pero el me parece más un personaje secundario que interviene más como oponente a que la comunidad obtenga el dinero, porque se alía primero con el viejo y después con la vendedora. El dueño de la pensión podría ser el protagonista ya que es, gracias a su único descuido, en 20 años, al ir a Eurodisney, por lo que sus planes se empiezan a derrumbar; pero él muere antes de tiempo y la historia sigue.

Por lo que no me queda más que declararme un idiota y seguir riendo cada vez que un personaje, visto desde cierta focalización, parezca un retrasado, solo para cambiar a otra y ver que es más inteligente que el resto.

Espero poder ser idiota un poco más de tiempo y disfrutar de las cosas sin darles nombre o sombra a algo ajeno a las palabras o al menos las que hasta ahora conozco…

Ingenuo que se cree Idiota: Carlos Barrionuevo